Por la mañana es difícil llevar a cabo cualquier rutina extra
porque todas vamos con el tiempo justo. Lo único que me ha funcionado a mí es
meter de alguna forma esta rutina dentro de todo lo que hago por la mañana para
que me salga hacerlo sin darme cuenta. Por ejemplo:
Una vez me he duchado (ya tienes la cara limpia de la
ducha), me envuelvo con la toalla y en vez de frotarme para secarme, dejo que
la piel se seque por contacto (lo que es mucho mejor para la piel). Uso ese
tiempo en aplicarme el tónico y, mientras éste se absorbe, me lavo los dientes.
Todavía envuelta en la toalla, me pongo el contorno de ojos y luego la crema
hidratante (siempre en este orden, porque si te pones primero la crema
hidratante, al poner el contorno de ojos, lo poco que queda de crema hidratante
en tus dedos, entra en el ojo y créeme, no te va a gustar). A continuación,
mientras se absorben las cremas, me pongo crema hidratante en el cuerpo y me
visto. Ahora ya puedo pintarme porque la piel ha absorbido todos los productos.
Por la noche….uff, por la noche sí que es mi peor
momento…¿quién quiere levantarse del sofá después de cenar, de camino a la
cama, para mojarse la cara? Para mí es literalmente imposible… así que mi única
solución es hacerlo antes de cenar... cuando llegas a casa o antes de ponerte a
hacer la cena, en la tarde noche que aun te quedan algo de fuerzas después de
todo el día, aprovecho y lo hago en un momento.
Así ya te puedes sentar a cenar tranquila y relajada, con la sensación
de que estás cumpliendo con tus propósitos!
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