CUÁNDO HACER QUÉ

Ahora que tengo un bebé de casi 4 meses, he tenido que adaptarme e ingeniármelas para sacar tiempo para hacer las cosas. En este momento, mi vida se rige por dos máximas: 1) hazlo en cuanto puedas y 2) organíza el tiempo.

Empezaré primero por la segunda. Organizar el tiempo, cuando tienes un bebé, se basa en conocer los horarios de tu hij@. Cada bebé es diferente, y cada uno tiene unos ritmos. Mi hija por lo general, tiene un par de horas de actividad y a continuación una hora (u hora y media, y a veces hasta dos horas) de siesta. Así que me organizo en función de sus siestas para hacer las cosas. A mi personalmente, me gusta estar con mi hija y prestarle atención cuando está despierta: jugar con ella, hablarle, cantarle, pasearla en brazos mientras hago algunas tareas que lo permiten...en cuanto la acuesto para su primera siesta lo primero que hago es ducharme, y a partir de ahí y hasta que se despierte, lo que más me urja, que cambia cada día. Por lo general, intento recoger y dejar la casa arreglada (unos 20 minutos) y a veces, hasta me da tiempo a poner una lavadora. Cuando la nena se despierta, la ponga en su hamaquita para que me vea mientras hago cosas de la casa, porque lo tolera bastante bien, se entretiene bastante mirándome.

Mi otra máxima se refiere a hacer cosas con antelación, es decir, si tienes tiempo ahora para hacerlo, hazlo; es posible que más tarde se complique todo y no puedas. Esto lo aprendí porque un día pensé: "ay! ahora que la nena ya se ha acostado, voy a preparar el papeleo que necesito para mañana!" y mi pensamiento inmediato fue: "bah! lo haré mañana antes de salir, total, desde que se despierta la nena hasta que salga de casa, tengo 3 horas." RESUMEN: llegué tarde donde tenía que ir y el papeleo incompleto por falta de tiempo para buscarlo. NUNCA MÁS. Ahora, cuando acuesto a la niña durante el día, si tengo algo que preparar para más adelante (incluso semanas después, como billetes de avión, o documentación para algo en concreto) lo hago; en cuanto puedo, sin importar cuánto tiempo quede para dicho evento o situación, porque luego siempre se puede complicar. Esto me ha salvado muchas situaciones y me ha ayudado a ir sin prisas y sin estrés por mi nueva vida.